Hasta hace no demasiado tiempo, se pensaba que el ser humano primitivo era más cercano a los animales que a las personas actuales. Se pensaba que no era capaz de tener sentimientos humanos, ni sensibilidad artística.
El descubrimiento de las cuevas de Altamira (y muchas otras posteriores) supuso una auténtica revolución en estas ideas. Se encontró que los humanos primitivos no sólo dedicaba su tiempo a cazar, comer o beber, sino que además encontró tiempo para realizar obras cuya principal utilidad era adornar: pinturas en las cuevas, collares, dibujos en sus utensilios de hueso, etc … Esto venía a demostrar que la sensibilidad artística es algo que desde el principio nos diferenciaba de los demás animales y que es algo propio del ser humano.
Al ver algunas de esas pinturas se pone de manifiesto la habilidad y el cuidado necesarios para conseguir esas pinturas llenas de movimiento y gracia. La persona que hizo esas pinturas no buscaba sólo representar los animales que podía ver por entonces, sino que los describía con todo lujo de colores, posiciones y detalles. Realmente podría decirse que disfrutaban pintando lo mismo que se disfruta en nuestros días.
Se piensa que disfrutaban de la pintura porque si sólo quisieran
representar a un bisonte, por ejemplo, podían haber usado un símbolo, es
decir, un dibujo simplificado que representara a todos los bisontes.
Lo sabemos porque, junto a las imágenes realistas que hemos visto,
aparecen también dibujos simplificados, con claro carácter simbólico. Es
decir, el ser humano sabía hacer signos: sabía resumir las formas en
unos pocos trazos que pudiesen servir para comunicar fácilmente ideas.
Partiendo de esa base, muchos creen que los seres humanos eran capaces de comunicarse entre ellos mediante signos con las manos o sonidos que representaran ideas. Pero eso no es sólo propio de los seres humanos: recientemente se ha demostrado que otros primates, como el gorila o el chimpancé pueden comunicarse entre sí y con el ser humano si se les enseña el lenguaje de los sordomudos, que no son más que signos.
Pero si eran capaces de usar los símbolos para dibujar, ¿Por qué no iban a ser capaces de usar el ritmo, los movimientos (danza) y la música para expresar sus sentimientos, de la misma forma que muchas tribus primitivas actuales los usan?. Todo esto nos lleva a darnos cuenta que desde el nacimiento del ser humano y a lo largo de la historia se han dado diferentes usos a las diversas manifestaciones artísticas. Estos usos pueden parecer muchos, pero en realidad se pueden resumir en unos pocos importantes. Estos usos siguen siendo importantes en la actualidad y se utilizan más de lo que vosotros podéis imaginar.
Daos cuenta de que la expresión visual no sólo se ha utilizado en los jarrones, cuadros o adornos que podéis tener en vuestra casa, sino que también está el diseño de los electrodomésticos, en el plano de tu bloque de pisos, en los anuncios de la televisión, en el diseño de la etiqueta de tu ropa, y en un montón de objetos cotidianos que nos son necesarios. Vemos entonces que la expresión artística (y concretamente la visual) está presente en la sociedad humana prácticamente desde sus inicios y forma parte de la realidad cotidiana.
Uso descriptivo de una imagen.
Es aquel en que lo importante es describir CÓMO ES una cosa o cómo deseas que sea. Un buen ejemplo de ese uso puede ser un plano de una localidad, que te sirve para moverte por ella, los planos de un objeto, que dicen a los constructores como hacerlo, o los mapas del tiempo, que te dicen cómo está el tiempo climático. También puede ser el retrato de una persona o la vista de una ciudad. Incluso los patrones para confeccionar vestidos hacen un uso descriptivo de la imagen.
La característica principal de las imágenes que buscan describir algo es que intentan ser fieles a la realidad que intentan representar. Por ejemplo, un plano de una ciudad no debe inventarse calles ni edificios.
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Dentro de los usos descriptivos de la imagen puede haber
representaciones más o menos realistas y más o menos subjetivas, (por
ejemplo las caricaturas), pero también pueden ser dibujos sujetos a
muchas normas donde no hay lugar para la interpretación (por ejemplo los
planos para la construcción de un objeto). En esos dibujos no deben
haber malas interpretaciones ni errores, para evitar que se fabriquen
mal los objetos. Estas últimas aplicaciones del dibujo (el dibujo
industrial o técnico) son muy importantes actualmente y merecen
explicarse de forma separada.
Uso simbólico de la imagen
Es aquél en el que lo importante es representar una idea, no explicar cómo es. Para representar un objeto o idea basta con indicar aquellas características que lo hacen distinto. Los detalles sólo son útiles si son imprescindibles para distinguir qué es lo que representa. La característica principal de este uso son los dibujos con trazos más gruesos y formas más simples, sin muchos colores ni detalles innecesarios.
Este uso ha sido muy importante a lo largo de la historia, pues es la
principal en la mayoría de las manifestaciones artísticas en las
primeras civilizaciones. También de ese uso proviene la escritura. Un
buen ejemplo de ello son los jeroglíficos egipcios o el alfabeto
fenicio, mucho más simplificado para ser escrito y entendido más
fácilmente. La letra “A” del alfabeto procede del dibujo de la cabeza de
un buey, que en fenicio se llamaba “alef”.
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En la imagen siguiente podemos ver el símbolo de la palabra “persona”, en chino, donde se usan ideogramas, que son símbolos que representan palabras.
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En la Edad Media, donde pocos sabían escribir, se usaban las imágenes para distinguir a un caballero con su armadura en medio de la batalla. Los caballeros tenían un dibujo representativo propio dibujado en su escudo, que se pasaba de padres a hijos. Por eso se habla del “escudo” de tal apellido o del “escudo” de tal bandera. Actualmente este uso se da también en los emblemas, que son dibujos representativos de marcas, productos o empresas. Estos emblemas están hechos para ser distinguidos con facilidad.
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Para que un emblema sea eficaz es preciso que pueda distinguirse fácilmente. Por ello suele usar trazos gruesos, pocos colores pero intensos, formas simples y con pocos detalles. En la siguiente imagen podemos ver otro ejemplo de dibujo simbólico.
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El uso (o finalidad) expresivo
Es aquel que pretende comunicar o producir sentimientos o estados de ánimo. Es como desahogarse mediante algo visible. Los niños suelen usar de esta manera las imágenes cuando no son capaces de comunicar con palabras algo que les afecta.
En la siguiente imagen vemos un ejemplo de la “época azul” de Picasso. Todo el cuadro (el color, la composición, etc) está encaminada a producir en los que lo ven un sentimiento concreto.
En “La carga de los mamelucos” de Goya podemos fijarnos en el tratamiento completamente distinto al cuadro anterior. El color rojizo, la composición, el movimiento, las expresiones de las caras, el rojo vivo de la ropa en la figura central, todo ello está hecho para expresar la violencia y crueldad de la guerra. Comparen el sentimiento que produce con el cuadro anterior y fíjense en la importancia del color en los dos cuadros.
El uso estético.
Ocurre cuando lo que se busca es adornar, hacer algo bello, bonito. Todo lo que hoy se conoce como decoración o diseño cumple esta función. También se ha utilizado mucho a lo largo de la historia y podemos comprobarlo en los monumentos más importantes. Si observamos la imagen, veremos que no hay la menor intención de representar ni describir nada, sólo que resulte agradable a la vista. Aquí pueden encuadrarse muchos cuadros cuya única función es decorar la casa, el estampado de las cortinas, los centros de mesa y las figuritas del mueble del salón.
El uso publicitario
Es el más complejo de explicar de todos, porque obedece a leyes siempre cambiantes. Las imágenes pueden cambiarse para cambiar o manipular la opinión que tiene la gente sobre algo. Este uso es muy amplio y puede servir desde el uso de una determinada prenda de vestir que está de moda hasta un cartel publicitario.
Los grandes monumentos de la antigüedad son básicamente elementos propagandísticos destinados a demostrar el poder de quien lo manda construir. Un buen ejemplo son las “estelas”, piedras talladas que muestran a un personaje poderoso (un faraón, por ejemplo) en posición triunfante para aumentar su prestigio y el apoyo de sus súbditos. En la imagen podemos ver la “estela de los buitres”, que muestra al rey al mando de su ejército triunfante pisando los cadáveres de sus enemigos.
El cartel publicitario es otra forma de expresión artística, aunque su auténtica utilidad no tiene nada que ver con lo que habitualmente conocemos como “arte” Si nos fijamos en está imagen es fácil entender algunas de las reglas de este uso de la imagen: Es fácil de entender y llega al máximo número de personas posible. Intenta llamar la atención al máximo y “colocarte” su mensaje lo más rápidamente posible, de modo que no puedas pararte a pensar lo que se te dice.
Imaginemos un cartel publicitario. En él tenemos en primer lugar un objeto puesto para llamar la atención (una chica o chico guapos, por ejemplo) y junto a la figura humana se encuentra un producto comercial determinado. Bajo esa imagen, con letras muy visibles, encontramos una frase corta, pero con palabras muy escogidas, que te dice algo sobre ese producto. Algo que pueda ser ingenioso u ocurrente o que tenga que ver con tus intereses en ese momento. En décimas de segundo, ese mensaje entra en tu cerebro y te entrega el mensaje que pretendía. Sin que te des cuenta, la próxima vez que veas ese producto, te acordarás de lo que dice el cartel.
Si se pararan a meditar sobre el cartel, se darían cuenta de que el producto no tiene nada que ver con el chico o chica del anuncio y que la frase del cartel es una soberana tontería, pero si no lo piensan, se verán influidos por él. Por eso es muy importante saber interpretar la imagen publicitaria. Cada vez es más importante y mueve más dinero ese uso de la imagen en la actualidad porque se sabe que es muy poderoso. Podemos encontrar ese uso de la imagen no sólo en los espacios publicitarios, sino muy frecuentemente oculto en los telediarios, películas comerciales, series de televisión y prensa escrita.
Observen estos carteles y mediten sobre que objeto o color llama más nuestra atención. Después intenten averiguar cual es el mensaje que pretenden hacernos llegar