Imaginen que tenemos que escribir un cartel con unas palabras. Si no tenemos experiencia, empezaremos a escribir la primera letra, luego la siguiente, y al final puede descubrirse que no hemos calculado bien y hemos hecho las letras demasiado grandes o demasiado pequeñas.
Para evitar eso, una persona con experiencia haría un encajado, es decir, trazaría líneas sin apretar que sirviesen para hacerse una idea del tamaño total de la frase que quiere colocar en el cartel. Haría las modificaciones sobre la marcha con otras líneas, sin necesidad de borrar. Cuando las líneas de toda la frase están situadas bien, se divide la frase en palabras. También las líneas que indican la forma de las palabras se pueden modificar sobre la marcha hasta que estén correctas.
Es el momento de subdividir las palabras en letras, siempre con líneas sin apretar, y siempre comprobándolo todo. Cuando estén bien se vuelven a subdividir, y así hasta que el encajado esté terminado.
El propósito del encajado es situar correctamente la imagen y sus partes en el papel para poder luego corregirlo, colorearlo, sombrearlo o delinearlo (dibujar sus bordes), según se desee.
Para hacer correctamente un encajado, es preciso seguir las siguientes reglas:
El papel debe estar perpendicular a la vista, y visualmente cerca del modelo. Así facilitas que puedas comparar el modelo con el dibujo. Fija el dibujo sobre una tabla rígida y colócala apoyada entre tus rodillas y la mesa. Sepárate un poco de la mesa para que puedas manejar el lápiz con soltura.
Los trazos deben ser siempre sin apretar. Así permites una fácil rectificación sin necesidad de borrar. Si aprietas te costará más ver los errores y te costará mucho más borrarlos.
Cada trazo debe hacerse muy rápidamente y siempre después de comparar bien el dibujo con el original. Si tardas más de medio segundo en un trazo, no estás dibujando lo que ves, sino lo que recuerdas.
Se debe empezar por colocar debidamente el conjunto de lo que se va a dibujar. Por debidamente se entiende que es ni demasiado grande, ni pequeño, ni descentrado. También hay que colocar el papel vertical u horizontal según convenga.
Sólo cuando se ha comprobado suficientemente las partes grandes, se pasará a encajar las pequeñas. Esto es así porque si hemos cometido un error en lo grande lo iremos repitiendo en lo pequeño.
Hay que comparar constantemente el modelo con el dibujo, de tal forma que llegues a “ver” el modelo en el papel. Ese es el momento de hacer el trazo, pues el siguiente instante ya es tarde. No hay que mirar al modelo una vez y hacer muchos trazos, sino que hay que mirar muchas veces al modelo y hacer un trazo.